David Ramiro
París, 9 sep (EFE).- España ha cerrado los Juegos Paralímpicos de París con unos buenos resultados gracias a las cuarenta medallas logradas, cuatro más que en Tokio 2020, pero con dos retos pendientes de cara al próximo ciclo hasta Los Ángeles 2028, el de la equiparación y el de seguir trabajando la cantera para que haya equipos de promesas en todas las Comunidades Autónomas.
Las 40 medallas logradas en París consolidan la tendencia alcista de España desde Río de Janeiro 2016, cuando se lograron 31 medallas, y de Tokio 2020, que fueron 36.
Los resultados de España en París la han situado en el decimoséptimo puesto del medallero general liderado por China con 220 (94, 76, 50), seguido de Gran Bretaña con 124 (49, 44, 31), Estados Unidos con 105 (36, 42, 27), Países Bajos (27, 17, 12) y Brasil con 89 (25, 26, 38). Francia, el país anfritión, terminó octava con 75 (19, 28, 28).
«El afinamiento no ha ido bien, ha habido un aumento de medallas al bronce. Tenemos que hacer una reflexión con las medallas. Estamos tremendamente contentos con el resultado, pero el afinamiento no ha ido bien. Ha habido un aumento de medallas al bronce y hay que verlo para ponerle solución», declara Alberto Jofre, director del Comité Paralímpico Español.
En Río de Janeiro hubo 31 medallas y en Tokio 36, lo que supone una tendencia alcista que se consolida, algo «importante» en la estrategia deportiva.
Una de las «asignaturas pendientes» es la equiparación, un aspecto que esperan conseguir dentro de cuatro años al seguir dando pasos considerables en esta materia desde Londres 2012.
En la ciudad inglesa hubo un 23% de mujeres, en Río un 25%, en Tokio 33% y en París un 38%.
«Hay que tener en cuenta que las deportistas paralímpicas tienen un doble problema, el de ser mujer y lo que implica, y el de tener discapacidad. Es un objetivo que no hemos conseguido y esperemos en Los Ángeles conseguirlo. Hay deportes en los que sí lo hemos logrado, como en natación, pero en otros no», apunta.
El otro aspecto a mejorar y por el que seguir apostando con planes estratégicos es el del relevo generacional. La idea es seguir trabajando la canteras mediante los programas de promesas.
«Estamos contentos, pero hay que hacer autocrítica y saber los puntos para mejorar. La autocomplacencia no lleva a buenos resultados. Hay que seguir trabajando en el concepto de familia paralímpica. No es un nombre, es como se tiene que trabajar. El que tiene que estar en el centro es el deportista. El deporte de alta competición debe estar muy coordinado entre las Comunidades Autónomas, el Gobierno central y el Comité Paralímpico. Queremos que en las diecisiete Comunidades Autónomas haya equipos de promesas», confiesa.
«Buscamos la excelencia deportiva en todo lo que rodea al deportista y para el plan es trabajar todos los aspectos como la fisioterapia, biomecánica, nutrición o psicología. Tenemos sistemas en los que el entrenador dice algo, el deportista lo ejecuta y el Team España es capaz de ver en tiempo real cómo evoluciona», comenta.
«En este ciclo de París hemos hecho un sistema de proyección y ha sido un éxito. Ha sido polémico pero ha funcionado. La esgrima es un ejemplo con la medalla de bronce de Judith Rodríguez. Esto es un trabajo de todos, pero la edad es el Tendón de Aquiles del deporte paralímpico. Tenemos unos 32 años de media, hemos bajado un año respecto a Tokio y hay que rejuvenecer esa selección. Otros países tienen equipos con una media más joven», concluye.
Los Ángeles será la sede de los próximos Juegos Paralímpicos de verano. Antes, en 2026, llegan los de invierno en Milán-Cortina d’Ampezzo, otro reto al que hacer frente con una renovación inevitable. EFE
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